
Este proyecto regional tiene por objeto reforzar los sistemas de inocuidad de los alimentos en Belice y Honduras mediante la integración de programas voluntarios de aseguramiento por parte de terceros (vAPT) en los marcos reglamentarios nacionales.
El proyecto, basado en las directrices del Codex Alimentarius y las mejores prácticas internacionales, introdujo un enfoque complementario basado en el riesgo para mejorar los sistemas oficiales de control de los alimentos. La finalidad de la iniciativa era aprovechar los datos de vAPT para reducir la carga normativa de las autoridades públicas y al mismo tiempo ayudar a las empresas alimentarias a cumplir los requisitos de exportación y mejorar la observancia de las normas internacionales.
Este proyecto está estrechamente relacionado con dos proyectos piloto del STDF sobre el uso de los programas vAPT en África Oriental, en beneficio de Rwanda y Uganda, y en África Occidental, en beneficio de Malí y el Senegal.
Los operadores de empresas alimentarias son responsables de garantizar la inocuidad de los alimentos y de demostrar a las autoridades competentes que aplican controles eficaces. En respuesta a la creciente demanda del mercado y al aumento de los requisitos normativos, muchos operadores de empresas alimentarias están utilizando voluntariamente sistemas de garantía de la calidad, incluidos programas voluntarios de aseguramiento por parte de terceros (vAPT).
Mientras que los organismos de reglamentación de algunos países desarrollados ya usan datos de vAPT para reforzar las inspecciones basadas en el riesgo, la experiencia en ese ámbito sigue siendo limitada en los contextos en desarrollo. Las autoridades de Belice y Honduras estaban interesadas en estudiar la forma en que los programas vAPT podían ayudar a mejorar sus sistemas nacionales de control de los alimentos, entre otras cosas, para prestar apoyo a los pequeños operadores de empresas alimentarias.
Al promover la integración de los programas vAPT en los marcos reglamentarios nacionales, el proyecto contribuyó a reforzar los sistemas de inocuidad de los alimentos tanto en Belice como en Honduras. Esos esfuerzos sirvieron para respaldar modelos de inspección más basados en el riesgo y más eficientes en el uso de recursos, en consonancia con el Codex y las buenas prácticas internacionales.
Principales resultados conseguidos:
- Integración del vAPT en los marcos de política:
- Tanto Belice como Honduras elaboraron y aprobaron hojas de ruta nacionales para orientar la integración de los datos generados por los programas vAPT en la adopción de decisiones en materia de reglamentación. Esas hojas de ruta, adaptadas a cada contexto nacional y validadas por los interesados públicos y privados, se utilizarán para seguir avanzando en la labor de modernización de los sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos.
- Formación de funcionarios encargados de la reglamentación:
- Se proporcionó formación a 72 inspectores y funcionarios encargados de la reglamentación del Gobierno. Esas personas, el 52% de las cuales eran mujeres, recibieron formación sobre enfoques basados en el riesgo, que respaldarán las mejoras y la modernización en curso en lo que respecta a la inocuidad de los alimentos.
- Desarrollo de modelos de inspección basados en el riesgo:
- Se desarrolló un nuevo sistema de inspección basado en el riesgo, que se probó en los dos países. Belice implementó oficialmente el sistema después de la fase de prueba. En Honduras, el Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASA) utilizó un nuevo algoritmo de evaluación de riesgos para optimizar la programación de las inspecciones. También se introdujo un enfoque de auditoría paralela para evaluar la fiabilidad de los datos de vAPT y se redujeron las inspecciones de los operadores de empresas alimentarias de bajo riesgo, lo que demuestra que el nuevo modelo puede mejorar la eficiencia.
- Mejores prácticas entre los operadores de empresas alimentarias:
- Más de 49 operadores de empresas alimentarias participaron en programas de formación práctica, lo que dio lugar a mejores prácticas en materia de inocuidad de los alimentos en las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes) dedicadas a la producción, distribución y comercio de alimentos.
Los logros alcanzados en el marco del proyecto sentaron las bases para el cambio institucional y la modernización normativa, y al mismo tiempo favorecieron la creación de capacidad local y promovieron la adopción de mejores prácticas de inocuidad de los alimentos en todo el sector agroalimentario.
Sobre la base de la labor realizada en el marco del proyecto en Centroamérica, Belice dirigió la organización de un evento temático sobre los enfoques de vAPT, que se celebró en paralelo a la reunión del Comité MSF de la OMC del 12 de noviembre de 2024 y que estaba vinculado con el sexto examen del funcionamiento y aplicación del Acuerdo MSF. El evento ofreció la oportunidad de compartir experiencias y enseñanzas de los tres proyectos regionales del STDF con los delegados del Comité MSF de la OMC y otros interesados pertinentes. Más información aquí.
Con objeto de garantizar la sostenibilidad y el impacto a largo plazo del proyecto piloto de vAPT, se identificó una serie de recomendaciones aplicables:
Institucionalizar los modelos de inspección basados en el riesgo en los sistemas nacionales
A nivel nacional, las autoridades de reglamentación deberían dar prioridad a la integración de los principios de vAPT en la reglamentación nacional relativa a la inocuidad de los alimentos. Eso incluye institucionalizar los marcos de inspección basados en el riesgo y ampliar las actividades de desarrollo de la capacidad de los inspectores y el personal técnico para evaluar y aplicar eficazmente los datos de vAPT.
Fomentar la adopción voluntaria de los programas vAPT mediante la colaboración con el sector privado
Es esencial intensificar la colaboración con el sector privado para promover la certificación voluntaria de los programas vAPT. Las actividades de divulgación específicas, junto con el estudio de incentivos financieros, como los planes de cofinanciación o las ventajas fiscales, pueden hacer que los operadores de empresas alimentarias consideren los programas vAPT un instrumento práctico para reforzar el cumplimiento y mejorar el acceso a los mercados internacionales.
Fomentar la coordinación regional para una aplicación armonizada
El refuerzo de la colaboración entre las autoridades encargadas de la inocuidad de los alimentos en distintos países permitiría aplicar los programas vAPT de forma más armonizada en múltiples países. Asimismo, el establecimiento de grupos de trabajo técnicos a nivel regional puede contribuir a armonizar políticas, intercambiar conocimientos y poner recursos en común, lo que en última instancia reduciría los costos y mejoraría el acceso a la certificación.
Desarrollar plataformas digitales para reforzar la coordinación y la vigilancia
La inversión en soluciones digitales que respalden la aplicación de programas vAPT hará que aumenten el intercambio de datos, la coordinación normativa y las actividades de vigilancia. La puesta en marcha de esas plataformas a nivel regional puede reforzar el intercambio de datos, la coordinación normativa y el seguimiento en las distintas instituciones.
Asegurar una financiación a largo plazo para garantizar la sostenibilidad
Es fundamental contar con un apoyo financiero sostenible para garantizar la accesibilidad y eficacia continuadas de los programas vAPT. Eso pasa por una inversión a largo plazo en herramientas digitales, formación y desarrollo institucional.
Aumentar el apoyo internacional a la creación de capacidad
Los asociados internacionales y los donantes deberían aumentar el apoyo financiero destinado a las iniciativas de creación de capacidad en el marco de los vAPT. Las inversiones focalizadas en la formación de organismos de reglamentación, partes interesadas de la industria y pequeñas empresas ayudarán a crear los conocimientos especializados necesarios para la sostenibilidad a largo plazo.
Demostrar el impacto mediante un análisis de los costos y beneficios
La realización de un análisis de costos y beneficios de la certificación vAPT proporcionaría pruebas basadas en datos sobre sus ventajas económicas y comerciales, lo que reforzaría su valor tanto para los organismos gubernamentales como para el sector privado.